Buscando hace unos días en la despensa algo interesante que cocinar, me encontré con una caja de jalea. Si, una gelatina por mas mongo que suene. Bueno, el punto de todo eso es que la cajita esta me hizo acordar de algunos sucesos ocurridos dentro de un intervalo de tiempo (fucking quintana) en pleno 2003.
Sin mas demora, aqui va la historia.

"Aquellos días del Volao, la Toxica y el Seco"

Remontandonos al turbulento año 2003, lo acotamos inmediatamente al segundo semestre de este, donde me disponía a entrar a preu intensivo con el único fin de no dar a tontas y a locas la PSU, que por lo demas, era su año de estreno, y en vista de que era una nueva prueba, no podía darme el lujo de subestimarla.

Los primeros días resultaron ser inevitablemente incomodos, debido a que me sentía mal por ya no estar en la U, mas allá de que no fuese lo mio, si no por sentirme de algún modo fracasado ante mi mala desición, por la cual estaba pagando al estar ahora con gente menor que yo, incluso de mi propio colegio que para el tiempo en que aun me paseaba por ahi consideraba a estos bastante menores.

Pero no todo era malo, ya que, eramos un curso bastante pequeño, al menos en los horarios que tomé, y en particular eran tipos como yo que habían dejado la U para cambiarse de carrera y uno que otro escolar por ahi entremedio.

Así pasaban las semanas y cada vez se hacía mas agradable. ya que al ser pocos, se podía dar un poco mas de confianza entre compañeros y profes. En las primeras semanas se integró Marcelo quien se cambio del cepech de stgo al de melipilla, en ese entonces a el lo conocia del canal, ya que este animaba su propio programa y como era la persona que mas ubicaba dentro de la sala, de forma particular nos fuimos haciendo mas yuntas.

En clases de historia (que eran una lata) se integraban dos chicas del colegio San Manuel, una de ellas bastante mona y con pinta de ser popera, mientras la otra mas cara de piedra no podía tener, hablaba poco y mantenia su mirada ultra seria practicamente toda la clase.
Historia como era una aprte de un gran combo llamado Ciencias Sociales, se dividia en 4 partes: Historia - Geografía - Historia Universal - Ejercitación. En las tres primeras fijo me quedaba dormido por lo lento que avanzaba la materia, junto con a somnolienta manera de hacer clases de la profe que mucho no aportaba a mantenerme despierto y que era de todas las clases el escuchar:

- "Rodrigo... No quiere ir a mojarse la cara?..." -

Pero bueno, la clase de ejercitación era otra cosa. Aqui nos poniamos a hacer ensayos, algunos mas largos que otros, pero que en el tiempo que nos daban para hacerlos no era mas que una chacota. Debo reconocer que las primeras sesiones de esta fueron bastante normalitas, todos en silencio anotando sus alternativas, pero que ya en la tercera, la cosa parecia circo.
Nos sentabamos juntos con Marcelo y analizabamos las preguntas buscandole el punto para el weveo, era tal el ocio que hasta por la talla mas fome nos apretabamos la guata mientras las caras se teñian de un rojo al tratar de contener la risotada... lo mas curioso es que la chica de piedra que no se movía mas que para entrar y salir de la sala, escuchaba las tallas y se cagaba de la risa, lo cual dio pie para que se acercara un poco mas y se uniera al jugo, lo que posteriormente sirvio para irnos conociendo mejor.

En esas jornadas de facsimiles salieron tallas, anecdotas, cuentos de fin de semana, etc. Entre ellas una de la que lejos nos reimos mas salió cuando estabamos comentando carretes en los que estaba conmprometido el alcohol, ahi nos sorprendió Pochi (ex-chica de piedra) cuando, con toda la normalidad del mundo, nos cuenta sobre sus carretes con jalea preparada con pisco.
Nos quedamos un rato en silencio con Marcelo, pero luego de unos segundos las risas no se frenaron... Como es posible que algo tan inocente como una jaleita se transforme en dosis de carrete habitual para algunos. Desde ese día Pochi, gracias a su jalea de 35º, quedo apodada entre nosotros como "La tóxica".

Así siguieron las semanas de "ejercitación" en los que teníamos a un siempre desenchufado Marcelo, el cual olvidaba todo, desde los cuadernos, hasta las fechas en las que tenía clases y para ser mas especificos las horas. El perla siempre llegando minimo 15 minutitos tarde con la escusa de no haberse fijado o haber pensado que era mas temprano de lo que creía. Así con su faceta ida y relajada, eso sin contar su cara de sueño constante le dio derecho a pochi, la tóxica de bautizar en venganza a Marcelo como "El Volao".

Como Anteriormente contaba, hacer esos facsimiles era un verdadero weveo, y siempre que la profe decía: "quedan 15 minutos" nos poníamos las pilas, a medias al parecer porque solo se reducia un poco la chacota, debido a que simplemente la tóxica no contestaba nada, Marcelo le hacía empeño a contestar algunas entre conversa y conversa, mientras que yo, siguiendo al clasico "me tinca que..." las contestaba todas sin poner las manos al fuego de que estuviesen buenas, lo cual dio cabida a que el parcito se concentrará en mi hoja para reirse de los resultados, tanto de la que estaba correcta como la errada, aunque lejos lo que daba mas risa era mi justificación, o sea el porque había elejido aquella, lo cual no era más que un disparate que no hacía mas que avivar el fuego de risotadas las cuales se encendían aun mas cuando la mayoría de las respuestas estaban correctas. Gracias a eso nacio "El seco".

Fueron buenos tiempos, pero todo llego a su fin con el momento decisivo, la PSU. ahi los tres pusimos en juego nuestros intereses y sin nunca arrepentirse de tanta risa, orgullosamente alcanzamos las metas propuestas.